13 de abril de 2011

Consúmete, destino

En la estación de trenes, me detengo frente a la taquilla y me quedo mirando todas las ciudades a las que no voy, todos esos horarios que podrían ser los míos. Experimento cierta ansiedad de hipermercado, una avaricia móvil. Hemos logrado que el destino se parezca al consumo.