25 de octubre de 2010

Amén

A la entrada del cine Capitol, en Bilbao, converso con uno de los empleados. Me ha visto dudando frente a la cartelera. Y se ha acercado a sugerirme, o mejor dicho a rogarme, que no vaya a ver Izarren argia (Estrellas que alcanzar), de Mikel Rueda. La película recuerda las torturas que unas monjas vascas, cumpliendo instrucciones franquistas, infligieron a las presas del penal femenino de Saturrarán. «Esa no le ha gustado a nadie», me insiste. Intento que me cuente algo más de la película. «Hombre», se limita a añadir, «si la quieres pa practicar el euskera, vale. Pero a la gente no le gusta la política». Le pregunto cuál vería. El empleado me aconseja Wall Street, de Oliver Stone. Al parecer, esa no es de política. Es sólo de finanzas. De cómo funciona el mundo. Sólo pa entretener. En el cartel aparecen dos yuppies. El subtítulo es Money never sleeps.